Ciudad del carbón

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Ciudad del Carbón, por Sonia Díaz Polonio

Texto de José Fernández // En el recuerdo, el carbón era el color del pasado que teñía de negro los paisajes de su infancia; en el carbón busca los nutrientes para alimentar su alma con raíces que se escabullen, en el silencio y la distancia, por las galerías. Aquellas galerías que eran ansias de vida y miedos de muerte, nubes de polvo con nombres sin apellidos y blasfemias. En aquellas galerías, el tiempo era tela de araña con hambre de aire que rompe el corazón y los caminos de la sangre en los pulmones: la silicosis.

Con Ciudad del carbón, hacemos de memoria, un evangelio: en aquel tiempo, si la tierra bramaba, los espasmos del dolor por la ira eyaculaban rostros de resignación y angustia que sellaban la miseria a las almas que pululaban sus calles. Y siempre lo mismo en la historia que se repite y se hace con sangre: a contraluz, colores sencillos para tantas tragedias: Ciudad del carbón y sus galerías.

Radio Parpayuela: dolor e injusticia

José Fernández

José Fernández. Imagen de Pablo Gómez

Por José Fernández*. Parece ser que Radio Parpayuela dejará de emitir por falta de fondos económicos provenientes de instituciones diferentes. Parece ser que por enésima vez esta villa y concejo perderá otra seña de identidad, si es que tuvo alguna. Parece ser que nadie levanta un dedo porque radio Parpayuela siga emitiendo. Parece ser que en esta villa y concejo sufrimos una ataraxia que nos deja indiferentes ante cualquier hecho, positivo o negativo, que en esta villa y concejo sobrevenga. Parece ser que, una vez más, todos perderemos un trozo de nuestra alma cuando Radio Parpayuela, la voz de las cuencas mineras, eche el cierre y quede como testigo mudo de lo que fuimos y nunca más seremos.

Pero ya estamos acostumbrados. En esta villa y concejo estamos acostumbrados a todo. Estamos acostumbrados a no saber lo que somos. Estamos acostumbrados a perder nuestra historia. Estamos acostumbrados a resolver los problemas en los chigres. Estamos acostumbrados a ver cómo la decadencia del espíritu mierense se lo lleva todo por delante.

Aquí es todo normal. Para entender lo que nos pasa en Mieres y en Asturias hay que saber que vivimos en un mundo donde los artistas, por ejemplo, viven de espaldas a la realidad. Lo mismo que los intelectuales. Nadie habla ni se compromete contra los profundos cambios sociales que estamos sufriendo. Nadie se asoma a la ventana y describe lo que ve. Nos miramos en el espejo y hablamos de nosotros mismos como si fuésemos el punto central del universo, a la par que practicamos sin recato la filosofía de la conveniencia como directriz básica de la vida.

Si cambiamos de tercio y hablamos de economía, por ejemplo, nadie denuncia que la avaricia es una virtud social tras la cual corren hasta los curas. Todos estamos, de alguna manera, conformes con la ferocidad de este capitalismo actual y su moral competitiva, que exprime hasta la saciedad el concepto de beneficio. Y como son listos, con las migajas que le sobran, adormecen con cuatro tonterías cualquier brote que se levante contra su sistema establecido. Lo mismo con los problemas medioambientales: quedan relegados a cuatro ecologistas fundamentalistas en aras de unos puestos de trabajo que sindicatos y partidos utilizan hasta la saciedad para sus propios intereses. Sin olvidarnos de la corrupción política, que campa por sus fueros con tanta desvergüenza que ni se inmutan. Para qué hablar de la desintegración del mundo agrario que a nadie importa y menos mal que llegan algunos eurillos de Europa para calmar la sed de los pobres ganaderos asturianos. Y para colmo, lo que faltaba, a las mujeres de este país, como en el S. XVIII, la convierten en una simple máquina de producción.

Y donde podíamos encontrar alguna solución, en los Presupuestos de las instituciones, para saber lo que son basta con recordar lo que escribe el profesor Escohotado sobre los mismos: son pozo insondable para la codicia. Con una la clase política, dijo, que parece incompatible con la libertad, la prosperidad y la justicia. ¿De quién estará hablando este profesor?

Con este panorama desolador, aquí estamos los mierenses, impávidos como el gallo de Teodoro Cuesta ante la raposa, acechante. Ajenos por completo a la esperanza y sin futuro porque del pasado quedan cuatro retazos y mal hilvanados, con la importancia que tiene para tejer la ropa que abrigue a las generaciones del futuro.

¿A quién extraña, entonces, que asistamos indiferentes o angustiados, según economía familiar, a una decrepitud cada día más ostensible que pasa por carecer de cualquier proyecto social, económico o cultural que pueda dar alas a las aspiraciones de las generaciones futuras de Mieres? Montones de ruinas y chatarra obligan a recordar aquel verso de Quevedo cuando intuía la decadencia de España: “Y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte”. Tuvimos una oportunidad cuando llegaron a las arcas de la hacienda autonómica los ingentes fondos mineros tras los cuales corrían tantos que todos los querían para hacer su agosto. Con una particularidad, a media Asturias molestaba que se invirtiesen en las cuencas porque era tirar el dinero. Y claro, pasó lo que pasó: se devolvieron, por falta de proyectos, a las arcas de la Hacienda de la nación… ¿cuántos millones de euros? Y para colmo, los responsables siguen pululando por las instituciones sin responsabilidad alguna sobre sus espaldas.

Pues bien, con estos posos que lentamente se acumulan en nuestro cuerpo social hasta ahogarlo, como la sangre en el poema de Blas de Otero, ahora nos llega el cierre de Radio Parpayuela; la voz de las cuencas mineras, como decían ellos. No vamos a entrar en harina buscando responsables de este cierre, que los hay. Ese es otro cantar. Lo que importa ahora, en estas cuatro palabras, es hablar de este medio de comunicación tan entrañable para nosotros y que retrató fielmente a la sociedad mierense desde que empezó a emitir hasta estas fechas: sufrió el sarampión democrático cuando ser demócrata era decir cada cual lo que le daba la gana, sin preocuparse para nada del rigor. ¡Tiempos aquellos de Nel Amaro y su barba florida y sus descarnados comentarios! La madurez que entró, como en las personas, cuando menos lo esperaba y sin darse cuenta, tuvo su punto álgido, por muchas razones, cuando alrededor de Radio Parpayuela, afloraron en la comarca tantas asociaciones que obligaron al Sr. Rector a implantar nuevas carreras en nuestro campus. Y aunque los oportunistas de turno aprovecharon para colgarse las medallas, fue mérito exclusivo de Radio Parpayuela el apoyo social logrado para tal fin.

Y como espejo que fue de nuestra sociedad, Radio Parpayuela puso voz, en horario nocturno, a quienes sentaban cátedra con sus mítines que arreglaban Mieres, Asturias, España y Europa, para envidia de los parlamentarios europeos, franceses y alemanes. Y por la mañana había que oír a Santiago leer a Pablo Neruda, el mayor mérito de la democracia mierense, o las recetas culinarias adornadas con picardías junto a la voz de Hilario haciendo entrevistas que sacaban las entrañas al pobre entrevistado.

Dicho con otras palabras, es un dolor y una injusticia y una desgracia que Radio Parpayuela, con sus virtudes y defectos, eche el candado a sus emisiones y desaparezcan de las ondas tantas almas diferentes como somos quienes habitamos en esta villa o municipio. Por eso dejamos constancia de las siguientes ideas para cerrar estas cuatro líneas:

  1. Si se cierra esta emisora, la libertad de expresión recibe una certera puñalada, sin paliativos.
  2. Los ciudadanos de Mieres tienen que hacer gala de su sentir democrático evitando el cierre de esta emisora. Es bien sabido que hay una democracia administrativa, la de los políticos y otras instituciones. La que interesa defender a los ciudadanos es la democracia sentida como necesidad social, económica y cultural.
  3. Al margen de partidos y sindicatos, esta ciudad respirará vida si Radio Parpayuela se mantiene viva y sigue emitiendo sus programas de siempre, y otros.
  4. Hay en este ciudad y concejo asociaciones fuertes que unidas todas, y es fácil hacerlo, podrían defender una emisora independiente y al servicio sólo de los ciudadanos: asociaciones de vecinos, asociaciones de comerciantes, Santa Bárbara… Sería un ejemplo de vertebración social ante una idea fundamental: la libertad de expresión.
  5. Estamos seguros que con Radio Parpayuela en activo esta ciudad emprendería una singladura social, democrática y cultural que servirá de ejemplo del hacer que siempre nos caracterizó cuando estamos unidos para resolver un problema.

* José Ferrnández es profesor de Lengua Castellana y Literatura.

La destrucción o el amor: un ejemplo

Texto completo de la Lección Inaugural de José Fernández, director del IES Bernaldo de Quirós, impartida en el acto de apertura del curso 2013/2014.

Antes de empezar con la lección inaugural, que es un concepto administrativo e intelectual, expondremos varias ideas que nos servirán para cumplir el objetivo que nos proponemos con la misma: rendir homenaje a los alumnos que, por razones diferentes, nos confiaron su formación en una etapa decisiva de su vida. En especial a quienes optan por la vía de las artes plásticas o la música para dar sentido a su vida. Porque si bien cualquier opción académica es digna de respeto, sin embargo estarán conmigo en que en el mundo de hoy, tan complejo, un artista nunca tiene las mismas opciones que aquel que opta por un una carrera tecnológica o biosanitaria. Aunque el esfuerzo y las capacidades sean las mismas en ambos protagonistas, para una sociedad como la nuestra todos sabemos que no es lo mismo.

La anterior afirmación obedece a esa deshumanización grave y escandalosa que sufrimos, a la que se añade una profunda confusión de valores. Saben ustedes que en el mundo actual priman dos conceptos fundamentales: fama y fortuna; y con tales conceptos ya podemos imaginar que tipo de sociedad les toca vivir a nuestros alumnos, la que tiene como principio filosófico único el de la conveniencia.

Uno de los principales recursos con los que contamos para controlar este rumbo peligroso y sinuoso por el que opta nuestra sociedad es el artista. Porque el artista plástico, visual, musical o literario es imprescindible para que una sociedad tenga una vida espiritual intensa, en la que predomine la tolerancia; y para que la convivencia sea pacífica. Pobre de aquella sociedad en la que el artista mire para otro lado y no se haga cargo del mundo que le toca vivir.

¿Qué seria de nosotros si los artistas no se hacen cargo de los efectos de la globalización o de los efectos de los soportes digitales que transformaron el mundo?¿Como se recupera una sociedad de los graves problemas medioambientales o de la corrupción política y mediática, del terrorismo, del fundamentalismo religioso, de la desintegración del mundo agrario o de las diferencias sociales cada vez más extremas fruto de una codicia exacerbada de nuestro sistema financiero, si el artista vive en la indiferencia? También podemos decir, para andar por casa, que si escribir o pintar en Asturias, como decía Larra, es llorar, la sociedad asturiana está aquejada de alguna enfermedad seria.

Estaremos de acuerdo, entonces, si digo que la educación es el recurso más importante que tenemos para hacer de la nuestra una sociedad equilibrada. Crítica porque no se deja engatusar fácilmente por arribistas y cucañeros; y culta porque sabe buscar los recursos intelectuales, éticos o morales propios para encontrar soluciones. Una definición de la educación que recoge las ideas anteriores de este concepto lo encontramos en el novelista americano Thornton Wilder. Fíjense en lo que escribe en la novela El octavo día. Dice:

La educación es el puente que el hombre cruza desde la vida encerrada en uno mismo, centrada en uno mismo, hacia la conciencia de la comunidad humana al completo.

Es decir, cuando nosotros estamos educando a un chico, estamos abriendo las puertas de su alma a una madurez que le llegara sin fecha alguna. Cuando estamos formando a un artista que elige el bachillerato artístico en nuestro centro, hablamos de alguien que, además aspira, mediante sus creaciones, a dejar constancia de los desequilibrios de la sociedad o las consecuencias personales que tales desequilibrios tienen en quien los describe: el propio artista. Porque como dice J. E. Pacheco, «el arte tiene una sola realidad: el sufrimiento». Lo que estamos haciendo, entonces, va más allá de unas simples destrezas que servirán para aprobar una asignatura. Formamos espíritus.

Es decir, de cara al futuro, con este panorama, nos preguntamos ¿qué es un artista? Es un tema controvertido; más si hablamos con los propios artistas. Sin embargo, para avanzar, utilizamos dos definiciones que hablan de lo mismo pero de forma diferente. Las características que le endosa Rubén Darío al artista y las palabras que el divulgador científico y escritor Eduardo Punset le dedica en el libro El viaje al amor se complementan, pese a la diferencia. El nicaragüense nos dice del poeta:

¡Torres de Dios! ¡Poetas!

Pararrayos celestes,

que resistís las duras tempestades,

como crestas escuetas,

como picos agrestes,

rompeolas de las eternidades!

Ya ven ustedes que el artista, en el mar proceloso de la vida, cual vidente, rige el esquife que sortea los peligros a la vez que da cuenta de ellos a quienes carecen de habilidades o tiempo para esquivar los peligros: rompeolas, pararrayos, crestas o picos ya dicen bastante de la actitud vital del poeta, vigilante incómodo de los males que nos aquejan. Porque es bien sabido que a nadie le gusta oír de alguien más sus defectos que las virtudes.

En el libro de Punset aparecen descritas las diferencias neurológicas, cerebrales, entre un científico y un artista; entre Newton y Picasso, por ejemplo (y esto es la primera vez que se dice en este instituto). En ambos casos, por supuesto, se supone un cierto nivel de inteligencia. Sin embargo, nos dice Punset que en el cerebro del científico hay unos circuitos cerebrales que se llaman inhibidores latentes, válvulas en el lenguaje vulgar, que aíslan el cerebro de cualquier realidad circundante y focalizan el conocimiento.

Estas válvulas cerradas, inhibidores, son incompatibles con el pensamiento creativo que siempre las tiene abiertas porque no les funcionan bien, porque siempre mantienen la mente abierta al vendaval de ideas -consistentes unas y enloquecidas las otras- que les llegan del mundo exterior. Para que nos entendamos, y para llevar el agua a mi molino, el artista es al espíritu del hombre lo que el médico de cabecera es al cuerpo humano: ambos son imprescindibles para evitar males mayores y para curar a posteriori cualquier posible enfermedad que se aproxime. Tampoco está mal hablar de las siete inteligencias múltiples o diversificadas estudiadas por el profesor Howard Gardner. A lo largo de la vida podemos desarrollar, porque existen:

  • La inteligencia lingüística.
  • La lógico-matemática.
  • La corporal-cinestésica.
  • La musical.
  • La espacial
  • Y la social, que se divide en dos: la interpersonal y la intrapersonal.

Escoger una para nuestros alumnos o para cada uno de nosotros, la más apropiada, es correr un riesgo; porque todos a lo largo de nuestra vida desarrollamos diferentes capacidades intelectuales. De ahí el error que, con frecuencia, cometemos cuando emitimos juicios de valor que confunden más que resuelven. Aproximadamente, podemos ser hombres de letras, hombres de ciencia, ninguna de las dos cosas o políticos.

Con este breve preámbulo, entramos ya en el tema que nos ocupa, en la explicación detallada de un Bestiario que termina en el título que abre esta exposición como idea central del mismo: la destrucción o el amor. Fue pintado por una alumna nuestra, cuyas pinturas están dentro de una tradición artística y tienen un acervo cultural profundo detrás de ellas. Y le sirven para comunicarse con un espectador por medio de ellas.

Bestiario

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Estas figuras las agrupa la pintora en el concepto que ella misma denomina BESTIARIO: dos dípticos relacionados entre sí y perfectamente ensamblados. En este caso, la pintora utiliza el BESTIARIO para explorar el alma del hombre, su alma, describirla y darle una respuesta.

Es decir se sirve de un recurso artístico muy usado en la Edad Media, que tiene como protagonistas animales reales o fantásticos, con un significado propio cada uno de ellos, mediante la analogía; y que sirven al artista medieval para lanzar un mensaje sobre todo religioso, de orden moral.

No es el caso de los bestiarios actuales, cuyos contenidos son más introspecciones o exploraciones del mundo intelectual o sentimental, o ambos a la vez, del artista. Tal como éste que Sonia pintó y que, en primicia, presentamos hoy aquí, en el centro donde hizo sus estudios de bachillerato.

En la imagen vemos su formato; y en él podemos observar tanto las figuras como los recursos que utiliza para llegar al espectador. Como es normal, tiene un orden que viene dado por el contenido de cada uno de ellos, y de este orden y del contenido de cada uno de ellos llegamos a una unidad de carácter superior con una idea central única. Bien sabemos lo controvertido de los análisis de las obras de arte, pero éste es imprescindible en el mundo académico, ajeno a las impresiones o gustos personales.

Para que nos entendamos, distinguimos cada uno de ellos por un detalle y de esta manera podemos seguir más fácilmente la explicación que permite, espero, la comprensión del todo por cada parte.

  • El nº 1 tiene un gato.
  • El nº 2 tiene una garra de águila.
  • El nº 3 tiene dos alas.
  • El nº 4, un sol ardiente.

Una descripción somera antes de estudiar al detalle cada uno de esos bestiarios, nos permite ver qué elementos comunes y diferentes permiten hablar de unidad dentro de la diversidad.

  • En los tres primeros se repite la figura humana como elemento principal.
  • El cuarto tiene en común con los anteriores tonos diferentes de los mismos colores.
  • Los tres primeros complementan la figura humana con figuras de animales, todos ellos con el significado que les da la tradicción cultural.
  • En el cuarto aparece una planta, el diente de león.
  • En los cuatro el color intensifica el mensaje del bestiario correspondiente.
  • En los tres primeros los animales complementan el mensaje de la figura principal, intensificando la unidad del cuadro.
  • En el primero, un texto escrito da sentido al cuadro y ayuda a entender al resto del bestiario. También obliga a esta pregunta: ¿Quién es más importante, las figuras del cuadro o el texto?
  • La linea ondulada es la que predomina en los tres bestiarios con figura humana y es también un símbolo dentro de los mismos.

A continuación pasamos al analisis pormenorizado de cada uno de ellos. Sigue leyendo

José Fernández, director del IES Bernaldo de Quirós de Mieres: «Hace falta un foco cultural que abarque todo el concejo»

José Fernández, hoy en el instituto. Imagen de Pablo Gómez

José Fernández, hoy en el instituto. Imagen de Pablo Gómez

Fin de curso en el Instututo de Enseñanza Secundaria Bernaldo de Quirós. Curso que se ha caracterizado por la normalidad y la tranquilidad, según nos dice José Fernández, director del centro. «Parezco la Pantoja», bromea ante la atención mediática que está recibiendo desde hace un par de días. El motivo: la lectura del pregón que hoy, a las 19:30, dará comienzo a las fiestas de San Xuan. Nos recibe en su despacho, a pocas horas del evento, para conversar sobre la imagen de Mieres y la evolución del instituto.

¿Es la primera vez que da usted el pregón?

Sí. Espero que la última (sonríe).

¿Por qué?

Me cogió un poco el Alcalde con el paso cambiado.

¿No le gustaría repetir?

No. Las cosas, con una vez, sobran.

¿Cuánto le llevó la preparación?

Me llevó mucho trabajo. Siempre digo que para escribir cinco líneas hay que leer muchos libros. Aunque después te resulte más fácil y tengas mas o menos experiencia o habilidad, tengas un bagaje cultural que te facilita las cosas… Pero sí, lleva tiempo.

¿Cómo ve José Fernández el Mieres de hoy día?

Estamos echando demasiadas cuentas de memoria. O ninguna, también cabe esa posibilidad. Ahora mismo esta ciudad tiene demasiada indefinición.

Esa es una de las cosas que apunta en su pregón para San Xuan. ¿Por dónde podemos empezar a buscar esa definición?

Yo buscaría, por ejemplo, la recuperación del patrimonio minero, que no es un montón de basura. Buscaría la explotación de las minas, el interior y el exterior. Haría un foco cultural que abarcará todo el concejo. La industria de servicios, en Mieres, está muy bien. Hace falta montar industria transformadora, por ejemplo, porque el sector primario se acabó. Hay que fijarse en los bosques, el monte. Hay que trabajar en el medio ambiente.

Desde fuera no suele asociarse a Mieres con ese aspecto medioambiental.

No. Pero tiene mucha riqueza forestal, por ejemplo. Tiene mucho potencial. El problema de Mieres no es que tenga muchas o pocas posibilidades, es que no se buscan. Se administra lo que es fácil de administrar, que es repartir dinero. Pero no es repartir dinero; los presupuestos municipales están para generar riqueza, no para repartirlos. Y eso cambia todo.

¿Qué balance hace del presente curso en el IES Bernaldo de Quirós?

Normal, muy bueno.

¿Normal o muy bueno?

Si es normal, es muy bueno. Los profesores trabajaron muy bien, no hubo un índice de absentismo alto. Los alumnos muy bien, de acuerdo con lo que son, totalmente normales, equilibrados y ponderados.

¿Qué tal las relaciones con la Consejería de Educación?

Humanamente buenas y administrativamente normales. El curso es un curso bueno. Para que sea un curso difícil, tienen que darse un cúmulo de circunstancias aquí en el instituto. Entre otras cosas, por ejemplo, que tengamos problemas de sustitución de profesores. Pero no hubo ningún problema.

Póngame algún ejemplo de curso que haya sido difícil.

Cuando hicimos toda la obra del Instituto, organizar los cursos -a lo largo de cuatro años- fue muy difícil. La primera reforma profunda que yo le metí al centro fue cuando empecé la dirección, cuando traje la Escuela de Idiomas a Mieres y había 3.000 alumnos en el Instituto. ¡3.000! Durante cinco, seis o siete años. Fue un trabajo muy intenso, muy bien organizado y muy riguroso. Y sí, fueron cursos difíciles, pero de trabajo; no de desorganización.

¿Qué tal se comunican con el Ayuntamiento?

Bien, yo creo que son relaciones cordiales, educadas. Bien. Ellos saben que yo estoy a disposición del ayuntamiento para todo -siempre estuve, dentro- y ellos a mí me ayudan también, cuando pueden y cuando lo solicito.

Ahora tienen la casa Duró a disposición del centro…

Vamos a tener la Casa Duró como un aula más del centro. Es un aula, solamente que se llama Casa Duró.

¿A qué la van a dedicar?

Pues a la cultura como recurso educativo. No va a ser un foco cultural, como la Casa de la Cultura. Es un aula, que, gracias a dios, podemos especializar.

¿Qué posibilidades tiene el edificio?

Todas las que le quieras dar. Para hacer exposiciones, para dar clase… Es muy cómoda. Es un aula que, lógicamente, va a ser muy especializada porque será para los chicos que trabajen todo el tema del arte, la pintura, la música. Se podrán dar conferencias… Va a ser una plataforma para Mieres, no es para el centro. Va a ser una plataforma para los niños, un aula más, y luego para los ciudadanos. Incluso yo creo que, en algún momento, los ciudadanos podrán venir por la mañana a estudiar a la Casa Duró. O a ver algo, o a trabajar. O a compartir aula con los niños.

¿Está diciendo que también podría servir como centro de estudios para la gente del municipio?

Si tenemos recursos, sí. ¿Por qué no? Como en el Instituto: la gente puede venir a estudiar a la biblioteca del instituto o a ver el museo. Siempre estuvimos a disposición de la gente de Mieres. Lo que pasa es que a este santo hay que vestirlo; yo no puedo decir alegremente “la Casa es mía”. Hay que prepararlo. Más que nada, lo que quiero es hacer las cosas bien para que no se produzcan posibles malos entendidos.

¿Qué tipo de malos entendidos?

Que tú estés trabajando y mañana venga otro y diga “no hombre, esto te lo quitamos”. Hay que darle forma administrativa. No creo que haya problemas, porque el Ayuntamiento siempre fue muy bueno con nosotros.

Sabrá usted que la Asociación Santa Bárbara también quería la Casa Duró.

Santa Bárbara es distinto de nosotros. Es una asociación que está haciendo una labor muy meritoria por Mieres. Es un poco anónima, pero está haciendo una labor muy meritoria. Son funciones y fines diferentes. La Casa Duró fue comprada pensando en el Instituto, en el año 80. Luego les gustó a ellos (la Corporación Municipal) y se quedaron con ella. Pero Rogelio -el arquitecto- la rehabilitó para toda la obra del instituto. Lo que pasó luego fueron avatares políticos, lo de siempre. Ahora tenemos esa oportunidad y volvemos a ella otra vez. Es un ‘cogollín’ cultural: la Plaza del Carmen, la Capilla del Carmen, la Casa Duró y el instituto. Es el plan primitivo, retomar lo que fue la idea principal en los años 80.

¿Se ha notado masificación en las aulas este año?

No. Va todo normal.

Ya sabe usted que se alzaron voces críticas sobre los inconvenientes que conllevaba aumentar el ratio de alumnos por aula.

Nosotros no. Hacemos un grupo un poco menor y otro un poco mayor… Lo que sí se notó fue el horario de los profesores. Eso se nota mucho, que es un horario agobiante.

Había quien se preguntaba qué perjuicio suponía una hora o dos más de clase.

Eso lo dice el profano, el que no conoce la enseñanza por dentro. Dicen que sólo trabajamos una hora más, o que no trabajamos nada y tenemos muchas vacaciones. Tonterías de esas. No, no; es agobiante porque dos horas más son 100 alumnos más. Es decir, no se trata de trabajar dos horas más. Tienes que corregir 100 exámenes más, dar clase a 100 alumnos más… No se trata de dar más o menos clase. Se multiplica todo.

Bernaldo de Quirós, en su despacho. Imagen de Pablo Gómez

El director del IES Bernaldo de Quirós, en su despacho. Imagen de Pablo Gómez

¿Cuántos alumnos tuvieron matriculados este curso?

Unos 600.

¿Hay alguna novedad importante para el año que viene?

No, nosotros montamos el curso normal. Este es un instituto de provincias, en una villa de provincias. Somos normales. Procuraremos ofertar lo mejor: bilingüe, desdobles, apoyos… Todas estas cosas. Pero bueno, están las plantillas todavía sin definir. Hay que esperar.

¿Cuándo se configuran estos planes?

A finales de junio y en septiembre.

Además de dirigir el centro, imparte usted clases de Lengua Castellana y Literatura. ¿Es verdad que los estudiantes vienen, cada vez, menos preparados?

Yo creo que no. Eso ya lo decían los griegos, los romanos, los siguientes y los anteriores. Yo creo que son tópicos que no sirven para nada y que a lo mejor, en muchos casos, son disculpas para alguna incompetencia. Pero vamos a ver: si los hombres somos lo mismo desde la Edad Media hasta ahora, ¿qué diferencia va a haber? Si las diferencias que tenemos son mínimas. El ambiente, la circunstancia, es distinta; pero ¿qué diferencia habría, si yo te sitúo a tí 30 años atrás? Pues eras un niño, igual que estos. ¿Se preocupan los niños por el futuro? No, los niños se ocupan por el presente; y algunas cosas del presente, no todas.

¿Qué hay de la comprensión lectora o capacidad de concentración? ¿Cambian esas habilidades?

Bueno, eso depende. Hay etapas. Unas veces se trabaja más eso y otras veces se trabaja menos. Yo, por ejemplo, insisto mucho en la comprensión lectora, en que sepan deducir o rescatar ideas de un texto, que lo entiendan…

¿Cuál es el punto flaco de los estudiantes que llegan ahora al instituto? ¿En qué necesitan mejorar?

La sociedad les vende que todo en la vida es fácil. Y la vida es muy dura y muy difícil. La vida no es la frivolidad de Telecinco. En eso sí creo que se les están poniendo pilares falsos. Pero bueno, unos tienen más facilidades y les ayudan más los padres y otros los sueltan y no les ayudan nada.

¿Están los padres más o menos implicados que antes?

Más, más concienciados. Pero también volvemos a lo de siempre, rehuyen las dificultades para los hijos. Antes estaban menos concienciados, pero te decían “tienes que estudiar para no llevar la vida que yo tengo”. Pero no venían a preguntar por los niños, el estudiar era más espontáneo. Estudiabas si querías. Se perdían muchos valores.

¿Y ahora?

Ahora los padres lo quieren todo más fácil para sus hijos y vuelvo a decirlo otra vez: es mentira. Entonces tenemos una clara diferencia: buenos estudiantes son aquellos que tienen padres que saben lo que es estudiar y la vida. Y malos estudiantes son los que tienen unos padres que les dicen que la vida es un camino de rosas. La vida es muy dura, muy competente y muy esquiva.

¿Cómo se lleva el centro con las nuevas tecnologías?

Bien, se utilizan mucho. El centro, con esta reforma que hicimos, una de las cosas que hicimos fue informatizar todas las aulas. Todas las aulas tienen Internet. Aquí las nuevas tecnologías ya son como el bolígrafo. Siempre fuimos muy abiertos a esas cosas. También todo depende de los padres. Si un padre enseña a su hijo a manejar la tecnología con criterio, bien. Y lo pude usar para entretenerse. Ahora claro, si hay padres que no se preocupan absolutamente de nada pasará lo de siempre.

¿Es importante que los padres sepan utilizar las nuevas tecnologías con sus hijos?

Y que se preocupen del tema. Aquí, un 90% de los padres tienen correo electrónico. Nosotros informamos por correo a los padres sobre el rendimiento de sus hijos cada trimestre.

¿Cuándo comenzó esa iniciativa?

Hace unos 8 años.

¿Y qué balance hace de la misma?

Muy positivo. Yo uso mucho esos informes. Los niños tienen una trayectoria en el centro, no son alumnos diferentes todos los cursos. Tienen un histórico.

En los últimos años se ha concienciado mucho sobre el acoso escolar, cosa que antes no era un tema que preocupase al conjunto de la comunidad educativa.

No había mentalidad, era un poco selvático.

¿Tuvieron ustedes algún caso?

Siendo yo director -y llevo ya 20 años- solamente intervine en un caso… Creo que dos. Pero no eran casos de acoso escolar, eran casos de uso indebido de Facebook en relación con los profesores.

¿Qué importancia le otorga a la lucha contra el acoso escolar?

Con el acoso escolar corremos un riesgo: una cosa es una broma puntual y otra es un acoso sistemático. Y las consecuencias son impredecibles. hay que intervenir en cuanto se sepa, porque yo no quiero ser responsable de una desgracia.

¿Les llegan protocolos desde la Administración regional o nacional sobre cómo actuar en este tipo de situaciones?

Claro. Intervienen, además. La Consejería no hace dejación de funciones. No puede tampoco. Eso tiene una repercusión, crea alarma social… No es ninguna broma.

¿Tienen alguna necesidad relativa a la financiación del instituto? ¿Necesitaría recibir más fondos o mejorar en algún aspecto?

Hombre, si me los dan, sí. Pero bueno, yo creo que el Instituto ahora en estos momentos está en un punto equilibrado y tiene recursos que -mirando por ellos- permiten un buen trabajo y una buena organización.

La retórica de la democracia

Demóstenes practicando la Oratoria

Demóstenes practicando la Oratoria. Pintura de Jean Lecomte du Nouÿ

Por José Fernández*. Como todo el mundo sabe, el tiempo es una excusa para una conversación surrealista propia de quien rechaza la confidencia. Pero el tiempo también tiene otras connotaciones según la circunstancia inmediata en la que estemos inmersos. En nuestro acervo cultural hay frases afortunadas, por intemporales como Vuelva usted mañana, mañana le abriremos, respondía… o los bellísimos versos de Tomas Segovia: Una vez más el año y yo nos susurramos cosas al oído… Cualquiera de ellas nos sirve para hilvanar un texto que ayude a soportar las intemperancias del presente que serán las mismas que las de mañana, pienso yo mientras el peluquero me redondea la cabeza. Por eso en estos momentos escribir que necesitamos más tener nostalgia del futuro que morriña por el pasado es lo propio para sobrevivir: ya se oye más de lo necesario que con Franco, aquel abuelito según insignes doctores, la realidad actual era impensable. Y no es de extrañar si comparamos los pecados capitales más españoles de siempre. Mientras que ahora el pecado social de moda es la avaricia que sirve para saquear consejos de administración de cajas de ahorro, empresas públicas o instituciones tanto por la plebe socialista como por la turba tradicionalista, como diría Don Pío Baroja, la lujuria era el que estaba mal visto en las altas instancias franquistas quizá porque era más barato para las arcas públicas. Así que compungido, entre sonrisas y lágrimas, -es un decir-, salgo con un fuese y no hubo nada de la peluquería pensando qué pasó en este país cuando tantas esperanzas se truecan por desilusiones tan profundas.

Es entonces cuando el año, como buen compañero, me recuerda al oído aquella frase de Larra que dice Escribir en España es llorar porque, como entonces, que los medios de comunicación y periodistas o los ciudadanos, se desgañiten denunciando lacras, vicios o decisiones arbitrarias de quienes empalabran la realidad para mentir, sirve de poco. Tal vez, incluso, no sirve de nada ni tiene ninguna resonancia ni crean opinión. Aquellos titulares como Asturias paga la desidia de sus gobernantes…Una teoría de la clase política española… especialmente extractiva. La enfermedad institucional de España, Clase turista… Y cientos más que desde añosatrás ven la luz en nuestros medios… ¿Qué fueron si no ejemplos de que en España escribir es sinónimo de llorar? Un ejemplo más de la España de siempre con una democracia a la española, puramente administrativa y formalista en la que gobiernan más los hombres que las leyes, según frase de Lluis Bassets. Es triste pensar que por culpa de la casta política y otras, que enfangaron todo lo que tocaron, nuestra democracia no es una actitud vital, imprescindible para que el buen gobierno no consista en rebanar la dignidad de los ciudadanos. Si lo decimos de otra manera, con frases de un poeta y un pensador, el pasado de esta España nuestra aún no ha revelado las estructuras para el futuro porque la falta de ética abre las puertas de los muros a la desvergüenza: Theirlard de Cardin y A. Gamoneda. Duelen las encuestas cuando dicen que la mayoría de los españoles piensa que este es un país corrupto hasta la médula, sabiendo que la corrupción va más allá del simple ratero que se aprovecha de sus cargos. Es más corrupto quien pone la mentira, la opacidad, la improvisación o la intolerancia social o personal como bases del discurso político pues como dice Martha Nussbaum, la mentira lo corrompe todo.

¿Por qué somos diferentes? ¿Qué nos pasa como pueblo, para que siempre estemos al filo de lo imposible? Hay respuestas, siempre las hay. Más superficiales o más profundas, pero siempre hay respuestas. Tiene que existir una explicación para esta realidad tan pobre y onírica que trae a todos de cabeza, y con la triste impresión de que este invierno nunca dará paso a ese verano que sea una aventura libre de preocupaciones. En primer lugar, como escribe Don G. Marañón en el prólogo al Lazarillo:

La ola pesimista que invadía España donde se engendró fue en el espectáculo de la vida interior del país en el que Lazarillo, después de arrastrar su existencia por todos los arroyos del cinismo, asistía como gran personaje al triunfo del Emperador … porque el triunfo de lo que no es justo produce siempre una impresión depresiva en la sociedad pues a fuerza de inteligencia y cinismo el pícaro gana la partida a las gentes medias, honradas y un tanto estúpidas.

Escrito cuando estaba exiliado, estas palabras escritas para el S.XVI, sirven para nuestros días pues talmente parece que pícaros somos todos en este reino de lo imprevisto y de la improvisación.

Por otra parte, si repasamos un poco nuestra historia e intrahistoria, vemos que siguen sin resolver los problemas de siempre: los nacionalismos, que son el espejo en el que se refleja la debilidad y fragilidad y el vacío ideológico de los partidos nacionales, siguen ahí. El problema religioso brota como lava de volcán cuando menos se espera y sólo callan cuando tienen la boca llena, como dice el profeta Oseas. La educación es un cometa en manos de los ministros de turno y la justicia social produce alergia al beneficio. Es evidente, entonces, que los partidos políticos no resuelven y únicamente usan la terapia de la sanguijuela en beneficio propio, porque, descaradamente, se rigen por las partes irracionales del alma: las pasiones, los apetitos, los sentimientos… cuyo valor ético es más que dudoso. Con los efectos correspondientes para nuestra convivencia como siempre.

Con otras palabras, nos tocan tiempos en los que funciona a la perfección el engranaje descrito por E. Galeano en el poema que se transcribe.

El sistema

Que programa la computadora que alarma al banquero que alerta al embajador que cena con el general que emplaza al presidente que intima al ministro que amenaza al director general que humilla al gerente que grita al jefe que prepotea al empleado que desprecia al obrero que maltrata a la mujer que golpea al hijo que patea al perro.

Por eso la vida a los españoles les pesa tanto como aquella ala de abeja a la hormiga que la lleva arrastrando, aunque con optimismo.

*José Fernández es profesor de Lengua Castellana y Literatura.